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Todos los artistas quieren estar en México. Pueden hacer diez veces más con el mismo dinero

Los responsables de los tres museos contemporáneos más importantes del país, el MUAC, el Tamayo y el Jumex, conversan con EL PAÍS sobre las instituciones que curan y el lugar de México en la escena internacional

“No hay un arte contemporáneo; hay tantos como artistas hay produciendo en este momento”. Quien habla es Magalí Arriola, directora del Museo Rufino Tamayo. A su lado se encuentran Amanda de la Garza, directora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, y Kit Hammonds, curador jefe del Museo Jumex. Ellos son los responsables de las programaciones de tres de los museos de arte contemporáneo más importantes de México. EL PAÍS los ha reunido para conversar sobre las instituciones que curan y el lugar de México en la escena internacional. Arriola (París, Francia, 53 años), Hammonds (Sheffield, Reino Unido, 48 años) y De la Garza (Monclova, Coahuila, 42 años), que conversaron a principios de febrero en Ciudad de México, coinciden en que la capital ofrece, desde hace años, un centro relevante para artistas, curadores y galeristas.

Pregunta. ¿Cómo entienden ustedes y sus instituciones el arte contemporáneo?

Kit Hammonds. Hay una respuesta súper académica: el arte contemporáneo es un nombre aplicado a este siglo, más o menos. No representa mucho, representa una alternativa a la modernidad. Creo que seguimos el arte que los artistas están haciendo. No es nuestra tarea definir sino identificar ciertas relevancias. Cada uno tenemos nuestras propias perspectivas, pero supongo que nuestros objetivos son más o menos los mismos: apoyar al público a obtener una experiencia y una reflexión sobre su propia vida y sus propias condiciones. Creo que esa es la ética de una institución de arte, hablar de la vida de la gente.

Magalí Arriola. No hay un arte contemporáneo, no creo que se pueda hablar desde una perspectiva tan fundamentalista. Creo que hay tantos artes contemporáneos como artistas hay produciendo en este momento. Más que con una referencialidad histórica, que es una frontera muy movible, tiene que ver con el desarrollo de cierto tipo de discursividad. Es decir, se vincula con el desarrollo de propuestas y discursos pertinentes a los contextos sociales, políticos y culturales en los que se desenvuelven. Lo que a mí me satisface más de cualquier propuesta artística son las preguntas que plantea no las respuestas que me da.

Amanda de la Garza. Es una pregunta muy recurrente y tal vez ninguna respuesta es plenamente satisfactoria. Se trata de una serie de preguntas que se hicieron los artistas en algún momento. Por otro lado, también son una serie de prácticas que plantean una relación con el mundo distinta, como parte de un campo social que no está separado de lo que está ocurriendo en el mundo. Cuando las personas a veces tienen reparos y dicen que no entienden el arte contemporáneo, yo pienso que el arte contemporáneo, en realidad, es mucho más cercano a nuestras vidas que otros momentos del arte, a lo que pensamos, a las ideas de una época o a los problemas que existen.

Pregunta. ¿Cómo hacen que sea accesible al público?

Amanda de la Garza. En el MUAC intentamos tener una diversidad de opciones. Algunas de las muestras que hacemos están dirigidas a un público mucho más amplio, otras a un público más especializado, incluso académico. Otro aspecto muy importante es cómo recibes al público, cómo se generan puntos de encuentro a través, por ejemplo, de un equipo de mediación. Nosotros trabajamos con estudiantes universitarios y eso te permite tener un contacto distinto con las obras porque tienes a una persona que te está contando aspectos de la exposición, del artista o de la obra. Y por otro lado, sin duda, la comunicación es un aspecto muy relevante. Sobre todo a partir de la pandemia, cobraron una relevancia muy grande los programas digitales, las conversaciones en línea, las exposiciones virtuales.

Kit Hammonds. El arte contemporáneo no es difícil de entender. Hay fronteras que la gente percibe y que queremos romper. El museo Jumex tiene una gran cantidad de visitantes que no conocen nada sobre arte contemporáneo. Siempre buscamos crear oportunidades dentro y fuera del museo para compartir la experiencia del artista. En nuestra programación tenemos otras formas de exposiciones y proyectos que incluyen al público en su construcción. Por ejemplo, ahora tenemos una exposición de Minerva Cuevas, que usa formas de juegos, y la escultura central está construida con el público. También tenemos un proyecto que se llama Museos en común, que hacemos con la comunidad de un mercado cercano y artistas para invertir la idea de que los artistas están separados de la cultura. Buscamos romper las fronteras de clases y de educación en varios niveles.

Magalí Arriola. Echamos mano de los recursos tradicionales que se han utilizado siempre: textos de muro, cédulas explicativas... Estamos empezando a desarrollar también una especie de PDF descargable para que te lo puedas llevar a casa y en donde podamos agregar información que viene de primera mano de los artistas o de los curadores. Y, por otra parte, también organizamos talleres, visitas guiadas para públicos con distintos perfiles… Durante la pandemia hicimos varios ensayos para desarrollar elementos que puedan estar alojados en la página, como un programa que se llama Colección comentada en la que artistas y curadores presentan obras específicas que ellos mismos seleccionan. Recientemente, la artista Mariela Scafati presentó como parte de esta serie una de sus piezas dentro de las bodegas del museo. Poder abrir las entrañas del museo creo que es un plus que nos puede ayudar a enriquecer el discurso alrededor de las obras y eliminar muchas de las barreras que el público llega a creer que existe.

Pregunta. Los artistas en sus programaciones ya tienen una validez institucional. ¿Qué les emociona del arte emergente? ¿Cómo toman el pulso de lo que está pasando?

Amanda de la Garza. El pulso es una intuición. Siempre tienes la pregunta de si estás tomando el pulso correctamente y si te estás haciendo las preguntas correctas. Vas viendo y, claro, te emocionan cosas, pero también te pueden emocionar cosas del pasado que tienen una pertinencia en el presente. La idea de lo nuevo es una categoría difícil de plantear. Porque las preguntas son las mismas, pero van cambiando y van teniendo distintas respuestas. También cada uno de nosotros está conectado con una escena internacional y [pensamos en] cómo establecer la relación entre lo local y lo que está pasando afuera porque no queremos quedarnos aislados, pero al mismo tiempo queremos dar un espacio para que la escena local siga fortaleciéndose. Las instituciones construyen el gusto de una época y parten de un ejercicio profesional, pero también de afinidades personales.

Kit Hammonds. No somos museos para México, somos museos en México. Claro que necesitamos tomar el pulso aquí y conectar nuestras actividades con los públicos y los artistas. Por otro lado, los artistas más jóvenes que llegan al museo Jumex tienen oportunidad de participar en la programación. No solo para tener una expo grande. Por ejemplo, cada mes tenemos un recorrido de nuestras exposiciones con un artista. Esa es una oportunidad para ellos –igual si son mexicanos o internacionales–. Para mí es importante identificar artistas con potencial a los que les podemos ofrecer una oportunidad y hacer experimentos que van a apoyar el fomento de la escena, no nada más para tomar el pulso.

 

Pregunta. ¿Cómo ven la escena del arte contemporáneo en México?

Amanda de la Garza. México tiene un lugar muy interesante en la escena del arte contemporáneo a nivel internacional. Hay muchas interacciones históricas y hay asimetrías también. Es decir, si bien la producción cultural de México es muy interesante y relevante, por supuesto no tenemos los recursos que hay a nivel internacional. Sin embargo, no es solamente un asunto de cuánto recursos humanos o económicos tienes, sino, discursivamente, cómo empata eso con lo que se está discutiendo en otros contextos. Hay muchísimo interés por lo que pasa en México. Por otro lado, hay muchos retos en términos de educación artística en México.

Kit Hammonds. Los artistas quieren exponer en México, que es un foco de atención para artistas internacionales, todos los artistas quieren estar aquí. Pensar México en relación con el mundo como si estuvieran separados es una cosa completamente falsa. México tiene una presencia y todos quieren poner su pie aquí. Debemos pensar más sobre lo que la escena internacional quiere de nosotros.

Pregunta. ¿Qué hace que México sea tan atractivo para los artistas?

Kit Hammonds. Hay varias razones. Una es que tiene una cultura que vive. En particular Ciudad de México, pero cada vez más Yucatán, Baja California... Y eso es por los tránsitos de la gente internacional. Es un poquito triste decirlo, pero en realidad es por la economía. Vale la pena estar aquí. Pueden hacer diez veces más aquí por el mismo número de dólares. En los noventa, Berlín fue lo mismo en Europa por esta razón. Son ondas. Nuestro trabajo es construir una infraestructura para que la cultura continúe cuando la atención pase a... Manila.

Pregunta. ¿Qué obras creen han marcado los últimos 50 años?

Magalí Arriola. Es demasiado pronto para decir. Yo no me atrevería a dar un dictamen final y certero. A lo mejor suena un poco cliché, pero sí tiene que haber cierta distancia histórica. No se trata únicamente de valorar las obras como tales, sino también de entender el contexto en el que se producen y de qué manera este último evoluciona. Hay piezas que son respuestas a determinadas situaciones políticas y sociales que tienen repercusiones inmediatas, pero con el tiempo las cosas se pueden reacomodar. Quizás sea más interesante pensar en por qué, en ciertos momentos algunas propuestas adquieren relevancia, y en otros permanecen silenciosas. Tengo mis obras de arte favoritas, pero eso es otra cosa, no creo que mi opinión sea tan relevante como para compartirla.

Kit Hammonds. No soy historiador. No es mi trabajo y tengo una resistencia a escribir una historia porque las historias son parciales. Me interesa buscar la pertinencia de hoy de las obras. Para mí es más importante hablar del contexto de hoy y qué puede decir un artista sobre nuestras condiciones. Podría ser una pieza del siglo X que es pertinente hoy y es contemporánea. Esa es la idea de arte contemporáneo para mí.

Pregunta. ¿Qué temas se están tratando hoy dentro del arte contemporáneo y qué se hablará en 2023?

Magalí Arriola. En el Tamayo queremos darle continuidad a algunas de las líneas que ya abrimos en 2022. Por ejemplo, la revisión histórica sobre la creación del propio museo y de su colección con la exposición del 40 aniversario. Para Tamayo esta debía de ser la institución para el arte contemporáneo internacional con la que él soñaba. Este año haremos un segundo ejercicio que nos permita revisar lo que significa hoy en día lo internacional a partir de obras de ingreso reciente a la colección, muchas de ellas de artistas nacidos después de 1960. En ellas destacan temas omnipresentes en la vida contemporánea que tienen que ver con el género, la identidades, la migración...

Amanda de la Garza. Una pregunta muy relevante respecto de los museos tiene que ver con cuál es el papel social de los museos frente a las crisis que vivimos a nivel mundial y cuál es el papel del arte. Otro tema importante para los museos es entender cómo podemos participar de esta conciencia general ante la crisis medioambiental. Y por otro lado también la pregunta sobre cómo la pandemia ha modificado las escenas de arte y la circulación del circuito de arte contemporáneo.

Pregunta. ¿Y sobre la producción artística?

Amanda de la Garza. Es una pregunta no tan fácil de responder. El año pasado, por ejemplo, vimos un énfasis sobre las prácticas colectivas en el arte. Por supuesto también las conversaciones que tienen que ver con género. Son temas que están de forma muy preponderante en la producción artística hoy en día. Es un momento de cambio, pero donde no está claramente definido qué es lo que viene. Es ese tipo de momentos donde hay algo que no se configura plenamente y que está desarrollándose.

Kit Hammonds. Definir que una cosa está de moda o no me interesa menos que hablar de las cosas que continúan entre generaciones, entre culturas... Sin embargo, hay temas que aparecen tras la pandemia, como nuestra relación con la naturaleza y la ecología. Otro discurso muy importante, no solo en México sino en términos internacionales, es la identidad. Y ahorita una forma de exposición que nos interesa es un retorno a las formas de producción de arte directo. La mayoría de nuestras exposiciones este año fueron de artistas que trabajan directo con los materiales para producir una obra. Tenemos dos exposiciones grandes, una de Gego [escultora venezolana de origen alemán] y una de Lari Pittman [pintor estadounidense]. Sus formas de arte son completamente distintas. Sin embargo, ambos artistas elaboran sus obras de forma directa. No hay una producción de una imagen o una escultura planeada, las formas emergen en el acto de producción.

Pregunta. ¿Creen que falta representatividad de algún tipo? ¿Que hay alguna deuda desde las instituciones?

Magalí Arriola. Si por mí fuera, haría mil cosas, pero hay una serie de limitantes. Creo que el gran reto es hacer lo más que se pueda de la mejor manera, pero no siempre se puede. Deudas hay miles, pero tampoco quisiera meterme ahí. You can only do what you can do. Solo puedes hacer hasta donde te alcance la vida, el dinero, la infraestructura, la gente, tus relaciones ahí afuera... Parece muy fácil decir: ‘Bueno, ya tengo mi museo, ya tengo mi equipo, ya tengo mi presupuesto y te voy a armar un programa’. Pues no es así. Es decir, simplemente armar un calendario es complicadísimo.

Amanda de la Garza. La demanda sobre lo que deberían hacer las instituciones es muy grande. Es natural que haya esa demanda en la medida en que somos un bien escaso. Tenemos presupuestos limitados, poco espacio. El MUAC este año va a tener siete proyectos de exhibición. Siete proyectos en un horizonte de una escena internacional muy viva son pocos. No es que sean no cumplan con lo que tenemos que hacer, sino que es un recorte pequeñísimo de lo que existe o de todo lo que se podría pensar que tendríamos que hacer. En ese sentido, siempre faltan cosas, pero además hay cosas que no se pueden hacer de manera inmediata y no todo depende de la voluntad . Hacemos todo el esfuerzo posible por ser instituciones relevantes con el ahora. Falta mucho por hacer, pero también se hace mucho en unas condiciones complejas.

Kit Hammonds. Estoy de acuerdo. No vale la pena hablar sobre lo que falta. ¿Qué podemos cambiar internamente en la institución para ajustar nuestras direcciones de forma más ética? ¿Estamos buscando diversificar nuestros equipos? ¿Estamos poniendo anuncios en muchos lugares? ¿O es solo un gesto? Si es un gesto, no debemos pensar en eso. Me interesa más la transformación de las estructuras. Eso es lo único que falta: una flexibilidad en las instituciones. Lleva años cambiar un poquito. Igual que la programación. No es fácil decir: ‘Este año solo hay artistas de 35 años de Tepito’. Sí es posible, pero ¿por qué? Lo que me interesa más es cuando hay una interacción con gente que no tiene acceso al arte que podrían en un futuro ser artistas. Hay tendencias. Es fácil seguir las tendencias. Es difícil cambiar la estructura o la programación.