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Discurso de agradecimento de Antoni Muntadas ao receber o Premio Velázquez (Espanhol)

Altezas, señora Ministra de Cultura, autoridades, señoras y señores.

 

Ante todo quiero agradecer este premio como reconocimiento al recorrido de un trabajo y, más aún, si proviene de estamentos que representan al mundo de la cultura. Este agradecimiento quiero hacerlo extensivo a todos aquellos que desde un principio me han apoyado, implicándose y haciendo posible día a día que los proyectos llevados a cabo siguieran hacia delante. Pertenezco a una generación que entiende la práctica artística desde un punto de vista colaborativo y participativo, por lo que, sin un trabajo en equipo, nunca hubiese podido desarrollar la mayoría de las propuestas realizadas durante estos años.

No soy dado a los grandes discursos y creo que los artistas no debemos usar la retórica oral, sino más bien suscitar preguntas, tratando de contestarlas en función de aquello que pensamos y hacemos, situándonos entre los valores empíricos del arte y nuestra propia interpretación terrena de la práctica diaria.

Creo, también, que el arte no debe ser competitivo, por lo que entiendo que esta distinción, más que representar el haber llegado a alguna parte, supone un aliciente para seguir trabajando. En este sentido, me gustaría que este premio no sólo fuese ilustrativo de mi generación, sino también de aquellas generaciones más jóvenes, con las cuales hemos compartido, durante los últimos treinta años, un serio compromiso por normalizar las prácticas artísticas en este país, renovando los discursos y promoviendo el debate de las ideas.

Desde los años setenta hasta hoy, en mi relación docente con diversas escuelas de arte y universidades de todo el mundo, ha sido un motivo de satisfacción ir encontrándome con jóvenes artistas españoles preocupados por explorar otras culturas, por extender horizontes, por conocer formas de trabajar distintas. Además, hay que destacar que en muchos casos se ha tratado de esfuerzos personales, fruto de una admirable determinación por buscar y explorar nuevos campos.

Ante la pregunta, ¿de dónde es un artista? La respuesta suele aludir al lugar en el que ha nacido o el sitio en el que vive. En mi caso resulta difícil responder desde cualquiera de las anteriores perspectivas debido al aspecto queridamente nómada de mi trabajo. En este sentido, pienso que uno es aquello que hace y que cada proyecto realizado pertenece al lugar donde se concibe, se produce y, finalmente, se presenta.

Por ejemplo, ¿cómo podríamos comprender a Buñuel sin entender su etapa española, el período mexicano, sus películas francesas; fases, todas ellas, muy ligadas a las características de los respectivos contextos? En definitiva, con esta referencia simplemente quiero subrayar que, de algún modo, se es de aquellos sitios en los cuales se generan las propuestas y, también, de las condiciones que estos mismos lugares tienen.

Quiero, por tanto, expresar mi reconocimiento no sólo al Estado Español sino también a los de Francia, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Brasil, Argentina, principalmente, de los cuales siempre he recibido el apoyo y las posibilidades idóneas para desarrollar mi trabajo. Espero, como modesta contrapartida, haber contribuido en cierta forma a enriquecer la reflexión sobre el significado de las ideas y las imágenes en cada uno de estos distintos contextos.

El pasado mayo, al recibir la llamada telefónica en Cambridge que me comunicaba este premio, tuve una reacción inmediata de reconocimiento y un sentimiento de responsabilidad, unida a la pregunta sobre cómo podemos entender los significados tanto culturales como políticos de una distinción de estas características.

Creo, por ello, que desde todas las perspectivas es importante la existencia de una crítica constructiva y a la vez, entender los tiempos y las necesidades que tenemos los profesionales del arte para trabajar, para desarrollar nuestros proyectos sin presiones colaterales, ya sean éstas desde el sistema artístico o desde las estructuras políticas.

Resumiendo y para finalizar, querría decir que cuando se llegan a situaciones como este reconocimiento, tal vez resulta fácil dulcificar el discurso y bajar la guardia. Espero que éste no sea mi caso, muchas gracias.